En el día a día nos vemos expuestos a muchos elementos que pueden dañar nuestra piel, ojos y vías respiratorias. Los materiales abrasivos como lijas o discos de corte, liberan pequeños elementos que a nivel acumulativo son perjudiciales.
El aserrín, especialmente en maderas duras, es muy fino e ingresa fácilmente a nuestra nariz, la viruta de los metales, sale despedida a gran velocidad y a alta temperatura, lo que puede ocasionar problemas en nuestra piel y ojos.
El aserrín puede causar a largo plazo daños respiratorios crónicos, asma, bronquitis, o incluso en un efecto acumulativo, tener incidencia en la aparición de algunos tipos de cáncer. Las tareas de lijado, pulido o fresado levantan partículas finas respirables de 1 mg/m3 que pueden ser perjudiciales, sobre todo cuando hablamos de maderas duras o semi duras como el haya, roble, abedul, caoba, teca, nogal, arce, castaño, olmo, fresno, chopo, encina, cerezo, o ébano.
Para prevenir accidentes y daños a largo plazo, lo recomendable es contar con los elementos de protección adecuados para cada actividad y mantener los ambientes limpios y ventilados.